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CUARESMA 2015. CAMINO DE RENOVACIÓN Y ESPERANZA.
18-02-2015
18-02-2015
Con el comienzo de la Cuaresma
iniciamos el camino de 40 días de preparación-renovación-conversión para vivir
intensamente la próxima Pascua de Resurrección.
En la celebración de la imposición de las cenizas el sacerdote nos marca con las cenizas una cruz
en la frente y nos hace la siguiente interpelación: "Convíertete y cree en el Evangelio" o "Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás". Iniciamos así el camino de la Cuaresma.
Conversión y renovación interior
Les propongo algo muy
simple ¡Párate y reflexiona! pararse y reflexionar. Hacer un alto en el camino
y volver nuestra mirada hacia Jesús y hacia nuestro interior.
Tratemos de intentarlo.
Sin miedos. Con el corazón abierto dispuestos a corregir lo que tenga que ser
corregido. Cambiar lo que tenga que cambiar para que el Espíritu del Señor
vuelva a habitar en mi interior y sea El quien aliente e inspire mi vida. Tanto
en el plano personal, en lo familiar, en lo laboral y en lo social.
Encircle Peter Andrewartha
Para ello es necesario abrir
el corazón. Remar mar adentro. Ver nuestro interior sin miedos. Pasar la película
de mi vida sin cortes, sin cerrar los ojos cuando se trata de pasajes áridos,
secos u oscuros. Sin miedos. Es necesario pararse hacer silencio. Buscar el
momento y reflexionar sobre mi vida. Es necesario conocernos, saber más de
nosotros mismos. Como decía San Agustín:”conócete a ti mismo”.
Ello así porque de esta
manera al descubrir nuestro interior comprendemos mejor que “es necesario que
yo disminuya y que Él crezca”. “Que te conozca a ti Señor para que me conozca a
mí”. Esto nos ayudará a convertirnos. Siempre tenemos algo que cambiar, que
enderezar, que encaminar.
Sunrise(Explored) chmeermann
Sin conversión, sin reconocimiento de nuestros pecados mediante una confesión sincera e íntegra no hay vuelta a la casa del padre. Nos privamos así de la misericordia y el perdón de Dios.
Con una confesión íntegra
y sincera bajamos la pena, recuperamos la Gracia Actual y aumentamos la Gracia
Santificante.
No dejemos en nuestra Cuaresma
que Jesús pase de largo por nuestra vida. “No tengo miedo al Cristo que pasa
porque El en su infinita misericordia no me dejara fuera del camino, tengo
miedo de que Jesús pase y yo no le salga a su encuentro”. (San Agustín).
Es el padre del hijo
pródigo siempre a la espera. Se asoma mira a lo lejos y espera la vuelta de su
hijo. Y cuando el hijo se arrepiente y vuelve a la casa del padre hay fiesta y
alegría porque el hijo que estaba muerto ha vuelto a la vida.
Esto es lo que se repite
siempre que estemos dispuestos a pegar la vuelta y volver al encuentro del
Señor. El nos recibe con el mismo amor y misericordia que al hijo prodigo.
Como decíamos, esto
tenemos que revivirlo en forma constante. La conversión es diaria. Estoy
optando permanentemente. No se acaba en sí misma. Por eso tenemos que
perseverar y estar unidos al Señor
fuertemente.
Durante la Cuaresma
contamos con los medios que nos propone la Iglesia: el ayuno, la abstinencia,
la limosna.
Pero hay muchos medios más
para seguir al Señor en los 40 días que se retira al desierto.
“El Evangelio presenta a
Jesús preparándose para la vida pública. Va al desierto donde pasa cuarenta
días haciendo oración y penitencia. Allá es tentado por Satanás.
Nosotros nos hemos de preparar para la Pascua. Satanás es nuestro gran enemigo. Hay personas que no creen en él, dicen que es un producto de nuestra fantasía, o que es el mal en abstracto, diluido en las personas y en el mundo. ¡No!
La Sagrada Escritura habla de él muchas veces como de un ser espiritual y concreto. Es un ángel caído. Jesús lo define diciendo: «Es mentiroso y padre de la mentira» (Jn 8,44). San Pedro lo compara con un león rugiente: «Vuestro adversario, el Diablo, ronda como león rugiente buscando a quién devorar. Resistidle firmes en la fe» (1Pe 5,8). Y Pablo VI enseña: «El Demonio es el enemigo número uno, es el tentador por excelencia. Sabemos que este ser obscuro y perturbador existe realmente y que continúa actuando».
¿Cómo? Mintiendo, engañando. Donde hay mentira o engaño, allí hay acción diabólica. «La más grande victoria del Demonio es hacer creer que no existe» (Beaudelaire). Y, ¿cómo miente? Nos presenta acciones perversas como si fuesen buenas; nos estimula a hacer obras malas; y, en tercer lugar, nos sugiere razones para justificar los pecados. Después de engañarnos, nos llena de inquietud y de tristeza. ¿No tienes experiencia de eso?
¿Nuestra actitud ante la tentación? Antes: vigilar, rezar y evitar las ocasiones. Durante: resistencia directa o indirecta. Después: si has vencido, dar gracias a Dios. Si no has vencido, pedir perdón y adquirir experiencia. ¿Cuál ha sido tu actitud hasta ahora?
La Virgen María aplastó la cabeza de la serpiente infernal. Que Ella nos dé fortaleza para superar las tentaciones de cada día". ( Rev. D. Joan MARQUÉS i Suriñach (Vilamarí, Girona, España).
Nosotros nos hemos de preparar para la Pascua. Satanás es nuestro gran enemigo. Hay personas que no creen en él, dicen que es un producto de nuestra fantasía, o que es el mal en abstracto, diluido en las personas y en el mundo. ¡No!
La Sagrada Escritura habla de él muchas veces como de un ser espiritual y concreto. Es un ángel caído. Jesús lo define diciendo: «Es mentiroso y padre de la mentira» (Jn 8,44). San Pedro lo compara con un león rugiente: «Vuestro adversario, el Diablo, ronda como león rugiente buscando a quién devorar. Resistidle firmes en la fe» (1Pe 5,8). Y Pablo VI enseña: «El Demonio es el enemigo número uno, es el tentador por excelencia. Sabemos que este ser obscuro y perturbador existe realmente y que continúa actuando».
¿Cómo? Mintiendo, engañando. Donde hay mentira o engaño, allí hay acción diabólica. «La más grande victoria del Demonio es hacer creer que no existe» (Beaudelaire). Y, ¿cómo miente? Nos presenta acciones perversas como si fuesen buenas; nos estimula a hacer obras malas; y, en tercer lugar, nos sugiere razones para justificar los pecados. Después de engañarnos, nos llena de inquietud y de tristeza. ¿No tienes experiencia de eso?
¿Nuestra actitud ante la tentación? Antes: vigilar, rezar y evitar las ocasiones. Durante: resistencia directa o indirecta. Después: si has vencido, dar gracias a Dios. Si no has vencido, pedir perdón y adquirir experiencia. ¿Cuál ha sido tu actitud hasta ahora?
La Virgen María aplastó la cabeza de la serpiente infernal. Que Ella nos dé fortaleza para superar las tentaciones de cada día". ( Rev. D. Joan MARQUÉS i Suriñach (Vilamarí, Girona, España).
Nosotros durante estos 40
días vamos a tener también un desierto donde seremos sometidos a pruebas y tentaciones. La Cuaresma es Desierto. Es sequedad, ayuno, austeridad, esfuerzo, penitencia, tentación, renovación, conversión, reconciliación pero también es ESPERANZA.
Nuestro desierto es en primer lugar mi conversión interior. Una conversión de corazón. Cuando decimos corazón nos referimos a ese lugar muy íntimo e interior de nuestro ser humano. La fuente de nuestros pensamientos y especialmente de nuestras acciones, de lo que es bueno y de lo que es malo.
Nuestro desierto es en primer lugar mi conversión interior. Una conversión de corazón. Cuando decimos corazón nos referimos a ese lugar muy íntimo e interior de nuestro ser humano. La fuente de nuestros pensamientos y especialmente de nuestras acciones, de lo que es bueno y de lo que es malo.
Shearing shed panorama - Ray Christy
Ese interior que solo el
Señor conoce hasta ahí es donde llega Dios con su mirada para leer nuestro interior.
Recordemos cómo Cristo no reserva excusas de ninguna especie para el espíritu hipócrita, ni para la falsa virtud, ni para la justicia mentirosa. El nos pide como base fundamental de nuestra relación con Dios, la sinceridad de corazón, la coherencia entre mis pensamientos y mis obras. Entre mi fe y mi vida. Comencemos con esta conversión interior para llevar la renovación y la pacificación hasta el centro de nuestra conciencia personal. Y así podamos, luego, transmitirla a nuestros hermanos.
Recordemos cómo Cristo no reserva excusas de ninguna especie para el espíritu hipócrita, ni para la falsa virtud, ni para la justicia mentirosa. El nos pide como base fundamental de nuestra relación con Dios, la sinceridad de corazón, la coherencia entre mis pensamientos y mis obras. Entre mi fe y mi vida. Comencemos con esta conversión interior para llevar la renovación y la pacificación hasta el centro de nuestra conciencia personal. Y así podamos, luego, transmitirla a nuestros hermanos.
La oportunidad de renovación
que nos plantea la Cuaresma apunta no solo a la renovación interior sino
también a la exterior para poder encarar en profundidad nuestra relación con
Dios y con nuestros hermanos. Ello así, porque la paz que busca es obra de la
justicia; la justicia es dar a cada uno lo suyo: a Dios y al prójimo. Por la
persuasión, que asegura a la comunidad, y no por la presión que es inestable y
reversible.
Tenemos que tener bien
claro que la conversión, como dijimos más arriba, no se agota en el propio yo,
sino que se completa en la reconciliación, con Dios y con el prójimo.
Nuestro desierto durante
esta Cuaresma es especialmente mi ambiente y circunstancia de vida, mi m2. El Señor me quiere ahí donde El me puso: mi familia, mi trabajo, mi
profesión, mi oficio, mi parroquia, el sindicato. Un compromiso ambiente que sea creible. Ahí
tengo que perseverar y aprender a descubrir al Señor tal como se presente en el día a día. Sobre todo en los
más necesitados: todos
aquellos que componen nuestras periferias existenciales que no son solo las territoriales sino que la componen también los enfermos, los mayores adultos, los marginados, los encarcelados.
La reconciliación.
Foto tomada por un astronauta desde la EEI.
Nuestro desierto durante esta Cuaresma es también la reconciliación. La reconciliación es esto: volver al Padre que nos ama y nos espera, servir al Cristo que vive en los hermanos.
Finding my way - Joe Azure
Todo cambia en la vida si
creemos de veras lo siguiente: “Dios es mi Padre y me ama”. “Todo hombre es mi
hermano”. Entonces nos comprometemos a ser fieles al Evangelio, a vivir con
sencillez el Sermón de la Montaña, a comunicar al mundo la fecundidad de las Bienaventuranzas.
Realizar la justicia,
sembrar el amor, construir la paz: es todo un plan de vida. En síntesis sería
esto: expresar a los ojos de los hombres el rostro de Cristo que vive en
nosotros y nos ha cambiado. Un Cristo que adora al Padre y sirve a los hombres.
Un Cristo que no ha venido a condenar sino a salvar (Jn 3, 17). Un Cristo que
es imagen del Padre y nos llama amigos (Jn, 14) Un Cristo que sube a la montaña
para estar solo y rezar (Mt. 14, 23). Un Cristo que va a la cruz para entregar
la vida por sus amigos. (Jn.15, 13).
Por eso supone volver a
Dios, como decíamos más arriba, con sinceridad. Buscarlo en la sencillez del
corazón, con toda tu alma, con toda tus fuerzas y con todo espíritu, y a tu
prójimo como a ti mismo” (Lc. 10, 27).
Pero lo urgente es
preguntarnos. “¿Y quién es mi prójimo?”. Solo la fe puede darnos la respuesta:
“Les aseguro que en la medida que lo hicieron con el más pequeño de mis
hermanos, lo hicieron conmigo” (Mt. 25, 40).
Prójimo es todo aquel que
Dios ha puesto en mi camino y espera de mí la entrega de mi tiempo y mi esperanza, la donación de mi
vida y mis talentos, la comunicación del Cristo que he descubierto y saboreado
adentro, del Cristo que hizo sentir feliz porque cambió mi vida. (Eduardo
Pironio-Obispo de Mar del Plata. Año Santo 1974-1975).
Luchar contra la indiferencia
Nuestro desierto durante
esta Cuaresma es luchar contra la indiferencia, y el individualismo.
Francisco en su Mensaje de Cuaresma 2015 - Fortalezcan sus corazones (St 5,8)
nos dice: “La Cuaresma es un tiempo de renovación para la Iglesia, para las
comunidades y para cada creyente. Pero sobre todo es un «tiempo de gracia» (2
Co 6,2). ). Él no es indiferente a nosotros. Está interesado en cada
uno de nosotros, nos conoce por nuestro nombre, nos cuida y nos busca cuando lo
dejamos. Cada uno de nosotros le interesa; su amor le impide ser indiferente a
lo que nos sucede.
Pero ocurre que cuando
estamos bien y nos sentimos a gusto, nos olvidamos de los demás (algo que Dios
Padre no hace jamás), no nos interesan sus problemas, ni sus sufrimientos, ni
las injusticias que padecen … Entonces nuestro corazón cae en la indiferencia:
yo estoy relativamente bien y a gusto, y me olvido de quienes no están bien.
Sunset at Cox Bay
Esta
actitud egoísta, de indiferencia, ha alcanzado hoy una dimensión mundial, hasta
tal punto que podemos hablar de una globalización de la indiferencia. Se trata
de un malestar que tenemos que afrontar como cristianos.
También
como individuos tenemos la tentación de la indiferencia. Estamos saturados de
noticias e imágenes tremendas que nos narran el sufrimiento humano y, al mismo
tiempo, sentimos toda nuestra incapacidad para intervenir. ¿Qué podemos hacer
para no dejarnos absorber por esta espiral de horror y de impotencia?
En primer lugar, podemos orar
en la comunión de la Iglesia terrenal y celestial.
En segundo
lugar, podemos ayudar con gestos de caridad, llegando tanto a las personas
cercanas como a las lejanas, gracias a los numerosos organismos de caridad de
la Iglesia.
La Cuaresma es un tiempo propicio para mostrar interés por el otro,
con un signo concreto, aunque sea pequeño, de nuestra participación en la misma
humanidad.
Y, en tercer lugar, el
sufrimiento del otro constituye un llamado a la conversión, porque la
necesidad del hermano me recuerda la fragilidad de mi vida, mi dependencia de
Dios y de los hermanos.
Para
superar la indiferencia y nuestras pretensiones de omnipotencia, quiero pedir a
todos que este tiempo de Cuaresma se viva como un camino de formación del
corazón, como dijo Benedicto XVI (Ct. enc. Deus caritas est, 31).
Tener un corazón misericordioso no significa tener un corazón
débil. Quien desea ser misericordioso necesita un corazón fuerte, firme,
cerrado al tentador, pero abierto a Dios. Un corazón que se deje impregnar por
el Espíritu y guiar por los caminos del amor que nos llevan a los hermanos y
hermanas. En definitiva, un corazón pobre, que conoce sus propias pobrezas y lo
da todo por el otro.
La Esperanza que no defrauda.
Por último, en esta Cuaresma
seremos probados en nuestra Esperanza. Sabemos que no podemos
sustraernos a nuestra realidad del hoy y aquí tanto nivel internacional como a
nivel nacional.
A nadie escapa que
vivimos en un mundo que se caracteriza por la aparición de nuevos fenómenos de
violencia y de guerras nunca imaginadas hasta nuestros días.
La aparición de
corrientes de pensamiento religioso absoluto. Fanático y fundamentalista. Más
representativo, el constituido por el pretendido Ejército islámico - ISIS. Los
yihadistas -Daesh- que pretenden imponer a sangre y fuego matando y degollando en
nombre de Dios a personas inocentes por el solo hecho de pensar distinto o
practicar una religión diferente, es abominable. Se han constituido en dueños
de la vida y la hacienda de hasta poblaciones enteras.
Habitantes de la gobernación iraquí de Al Anbar abandonaron sus hogares para buscar asilo en Bagdad ante una frenética ofensiva del Estado Islámico contra la capital de esta provincia, Ramadi. 18-04-2015
Francisco: “Hoy la
Iglesia es Iglesia de mártires”
Martes 21 Abr
2015 | 09:27 am (aica)
“¡En
estos días, cuántos Esteban hay en el mundo! Pensemos en nuestros hermanos
degollados en una playa de Libia. Pensemos en ese chiquillo quemado vivo por
sus compañeros, por ser cristiano. Pensemos en esos migrantes que, en alta mar,
fueron tirados al mar, por ser cristianos y en tantos otros que no sabemos, que
sufren en cárceles, por ser cristianos. Hoy la Iglesia es Iglesia de mártires:
ellos sufren, dan su vida y nosotros recibimos la bendición de Dios por su
testimonio”, expresó conmovido, esta mañana, el papa Francisco, en la homilía de
la misa celebrada en la capilla de la Casa Santa Marta.
Nuevo ataque a cristianos en Pakistán. oración y llamada del Papa Francisco, angelus domingo, 15-03-2015
Las milicias del Ejército Islámico (EI), Daesh, destruyeron el antiguo
templo de Ball Shamin, uno de los más importantes edificios que forman el
complejo histórico de Palmira, en Siria. Las devastaciones se dan a pocos días
de la decapitación en la plaza pública de Khaled al Assad, el octogenario
director del sitio arqueológico de la época romana y uno de los máximos
expertos en la Antigüedad en el país. El santuario de Baal Shamin (El Señor del
Cielo) es del siglo II AC. y fue dedicado a una divinidad equiparable a
Mercurio.
En este sentido es preciso recalcar que "nadie puede matar a otro en nombre de Dios". Hechos de tal naturaleza repugnan la conciencia.
La reciente matanza de cristianos coptos pasados a degüello decapitados por el solo hecho de pertenecer a una religión distinta, nos hace pensar que efectivamente puede considerarse que hoy hay más mártires cristianos que en las épocas de las persecuciones romanas
El Papa condena el asesinato de 21 coptos: "Solo por ser cristianos". Lunes 16 Feb. 2015 - 09:28
Huyendo para salvar la vida - reutersDespués de la dedicada a San Efrén, la Iglesia caldea de Mosul dedicada a San José también fue convertida en una mezquita por disposición de los líderes del Estado Islámico
Sacerdote jesuita secuestrado y torturado por los talibanes durante ocho meses.
Después de la dedicada a San Efrén, la Iglesia caldea de Mosul dedicada a San José también fue convertida en una mezquita por disposición de los líderes del Estado Islámico
Nuestra realidad como país hoy y aquí.
Pero pasemos a la
realidad de nuestro querido país. No podemos rehusarla. Tenemos que asumirla
tal como es: marcada por una corrupción generalizada y el enriquecimiento ilícito especialmente desde las
más altas autoridades y la corte de adulones, alcahuetes y aplaudidores que se
aferran al poder y a la continuidad para seguir enriqueciéndose mediante el
ejercicio de su función.
Puede considerarse “nunca visto antes” ni aún en las peores épocas de nuestra Nación. Para esta clase dirigente, empezando por quien ejerce la Presidencia, es la adoración del dios dinero y del ansia insaciable de poder que los lleva a querer perpetuarse en el poder a costa de cualquier medio, caiga quien caiga y cueste lo que cueste.
Puede considerarse “nunca visto antes” ni aún en las peores épocas de nuestra Nación. Para esta clase dirigente, empezando por quien ejerce la Presidencia, es la adoración del dios dinero y del ansia insaciable de poder que los lleva a querer perpetuarse en el poder a costa de cualquier medio, caiga quien caiga y cueste lo que cueste.
Resulta ciertamente una
prueba para todos en esta Cuaresma tratar de superar estas pruebas. Esto
podremos superarlo desde la Esperanza que no defrauda.
La esperanza es el
secreto de la vida; se vive en la medida que se espera y se muere en la medida
que se acaba la esperanza.
Un hombre ha dejado de vivir
–aún antes de haber muerto- cuando no espera en nada.
Si todavía tiene
capacidad de esperar, tiene posibilidad de luchar de sufrir y de vivir y cuanto
más noble sea lo que espera y más cierta su esperanza, más grande su
posibilidad de afrontar la adversidad, el obstáculo, la dificultad y el
sufrimiento.
Por otra parte la esperanza no es sólo una dinámica del individuo; es también la razón de un pueblo.
Por otra parte la esperanza no es sólo una dinámica del individuo; es también la razón de un pueblo.
Quitemos la esperanza a
una nación y le habremos quitado la razón de su existir.
Una esperanza difícil
pero confiada manifiesta la salud espiritual del cuerpo social.
Un pesimismo
enfermizo o un derrotismo a ultranza testifican que la nación está amenazada
por una peligrosa patología.
Es cierto que la realidad
se presenta con signos inequívocos de dureza, capacidad y agresividad y la
esperanza no puede ser ilusión suicida.
La esperanza cristiana de
la que aquí hablamos es la negación de toda ilusión cómoda y superficial.
Esperamos en Cristo, pero
desde la dura realidad; esperamos siempre, sin cansancio, confiadamente y en la
esperanza luchamos, trabajamos y vivimos.
El país ciertamente vive
un momento difícil y corremos el riesgo de ser un pueblo pesimista y sin esperanza.
La corrupción sigue golpeando a la comunidad y deja la impresión de una
vigencia sin declinación. ¿podemos esperar?.
La inflación es galopante
y pone a prueba al empresario, al ama de casa, al comerciante, al profesional y
al ministerio: ¿podemos esperar?.
Los conflictos sociales
crecen día a día, la corrupción, la coima, los negociados, la trata de
personas, el narcotráfico, la inseguridad no se detienen ¿podemos esperar?
La respuesta debe ser
explícita y terminante: PODEMOS ESPERAR; DEBEMOS ESPERAR; NO CON CUALQUIER
ESPERANZA, SINO CON LA DE CRISTO, la que surge de la fe en su salvación,
incluye las reservas morales del Evangelio y pone en circulación sus valores de
justicia, honradez, veracidad y lealtad; la que anida en nuestra Argentina
profunda y cristiana.
La Argentina es un país
bautizado; por eso, debe ser un país que espera; no con esperanzas fraudulentas,
ilusorias o evasivas, sino con la única esperanza fundante, laboriosa y
complexiva: LA DE CRISTO; es decir, la que desde la cruz ofrece la resurrección
y la que desde una realidad difícil construye en los hechos concretos,
personales y colectivos una Nación fraterna. (Mons. Vicente F. Zaspe - Homilía
del 9 de julio de 1975. Arzobispo de Santa Fe).
La grave responsabilidad de la oposición.
En estos momentos difíciles que vive nuestro país está pidiendo a gritos que la oposición ocupe el lugar que le corresponde y esté al nivel de las exigencias que le impone la realidad hoy y aquí.
De caer en las mezquindades políticas y en la disputa para ver quien será el candidato que encabece la lista opositora o caer en la indiferencia, o no asumir el juramento prestado al hacerse cargo de sus mandatos, se constituirán en traidores a la patria y cómplices del desastre a que nos ha conducido el gobierno de CFK.
El Señor está con
nosotros, no estamos solos; nos acompaña y nos cuida aunque a veces nos parezca
que no está. Renovemos nuestra fe en esta Cuaresma, tengamos mucha esperanza.
Renovemos nuestra fe, no dudemos, tengamos mucha esperanza.
Nos encomendamos a María nuestra Madre celestial y le pedimos que
nos ayude a vivir esta Cuaresma con
todas nuestras fuerzas, con todas nuestras mentes, y con todos nuestros
corazones para que nos conduzca a vivir plenamente la próxima Pascua de
Resurrección.
JMP+
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