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martes, 23 de abril de 2013

LA FIGURA DE JESUCRISTO. BUSCAR-AMAR-DAR A JESUCRISTO. ACTITUDES DE JESÚS FRENTE A LA CRUZ. CONFRONTARLAS CON LAS NUESTRAS.



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LA FIGURA DE JESUCRISTO.





I .TRES PASOS QUE PUEDEN DESCRIBIR NUESTRA RELACIÓN CON JESUCRISTO.


En este tiempo pascual que estamos transitando nos proponemos tratar de profundizar, sobre la figura de Jesucristo, el Padre y el Espíritu Santo.

En primer lugar, nos centramos en la figura de Jesucristo, para ello vamos a seguir tres pasos que pienso nos van a servir para describir nuestra relación con Jesucristo y, consecuentemente, nuestro accionar como laicos.

Luego vamos a hacer una reflexión sobre las “actitudes de Jesucristo frente a la cruz”.

Entonces, como decíamos,  más arriba vamos a seguir tres pasos en esta reflexión:

1°) BUSCAR  )
2°) AMAR     )    A  JESUCRISTO
3°) DAR       )



1°) BUSCAR A JESUCRISTO:

Lo primero que se me ocurrió pensar es que en realidad toda nuestra vida es una continua búsqueda del Señor. Vivimos en esa coordenada. Buscar y encontrar al Señor. Es una sucesión de luces y sombras. Alegrías y tristezas. Éxitos y fracasos. Pero pese a ello siempre y en todo momento de nuestra vida tenemos que buscar a Jesucristo sin miedos.



Dice Juan Pablo II al comienzo de su pontificado ¡No temais, abrid las puertas del corazón a Jesucristo!  Ciertamente, como vamos a tener miedo a un Dios que ante todo, es amor. Cuando Cristo es rico en misericordia . El todo ve, todo lo sabe, todo, absolutamente, lo perdona.

El no se cansa de perdonarnos somos nosotros quienes tal vez muchas veces nos cansamos de pedir perdón.

Sino miremos la escena de la cruz. El diálogo con el buen ladrón (Lc 23,  39-42) bastó un gesto, una palabra de 
entrega por parte del ladrón crucificado a su derecha: “Jesús acuérdate de mi cuando llegues a tu reino” (Lc 23, 42). Y Cristo no solo lo perdona sino que le regala el Paraíso: “Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso”.

Por su acto de arrepentimiento en el tramo final de su existencia le roba a Jesucristo el cielo.














La realidad es que nuestro corazón humano vive siempre buscando a Dios. Es algo similar al proceso de evangelización en que estamos inmersos. Recordemos que se inicia con el ANUNCIO – (kerigma) si por parte del que lo recibe hay una respuesta de aceptación entramos en el segundo paso la CONVERSIÓN  (metanoia) que significa un cambio de noventa grados, un cambio de vida; luego, se produce LA ADOPCIÓN A LOS SIGNOS (SACRAMENTOS); luego, LA ACCIÓN DE GRACIAS – EUCARISTÍA; luego el INGRESO A LA COMUNIDAD y, finalmente, EL ENVIO (APOSTOLADO).

*ANUNCIO – KERIGMA
*CONVERSIÓN – METANOIA
*EUCARISTÍA – KOINONIA
*INGRESO A LA COMUNIDAD
*ENVÍO – APOSTOLADO.



Este proceso de evangelización no acaba jamás dura lo que dura nuestra vida aquí y se renueva permanentemente según el lugar del proceso de evangelización en que estemos.

Este proceso de búsqueda, es constante y dinámico, el corazón humano a veces busca y no encuentra o encuentra y le parece que de nuevo lo ha perdido, por lo cual vuelve a buscar y encontrar.



Las rocas guian mi camino - joaquinain

En aquel texto de Lucas 2, 44-47, referido al “niño perdido y encontrado en el templo”: Vemos que es la primera aparición de Jesús en público. Recordemos ese pasaje: “Los padres de Jesús creyendo que él iba en la caravana, al terminar la primera jornada se pusieron a BUSCARLO entre los parientes y conocidos; y como NO LO ENCONTRABAN, volvieron a Jerusalén en SU BUSCA. A los TRES DÍAS LO ENCONTRARON, por fin, en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que lo oían quedaban desconcertados de su talento y de las respuestas que daba (Lc 2, 44-47) 


  
Pensemos en María y en José, indudablemente en aquellos días, experimentaron la tensión más profunda del hombre, sobre todo del creyente; porque nosotros somos los que buscan el Reino de Dios, que lo encuentran y sin embargo seguimos buscándolo. María y José viven la dicha de encontrar a Jesús y al mismo tiempo experimentan el temor de perderlo.



Pienso que en cierta forma el Señor ama esta tensión constante del corazón humano, se esconde para hacerse encontrar. Su juego es el del amor. Es que Dios, a quien no podemos jamás ver totalmente, plenamente, sin velo, se nos revela en parte, pero para hacerse buscar todavía, y se esconde para que lo busquemos con mayor deseo: ésta es la dinámica de nuestra vida espiritual, que por tanto no es una sucesión progresiva de luces, sino un caminar, como dijimos, de luces y sombras; y éstas últimas tienen el objeto de acrecentar la tensión el objeto de acrecentar la tensión hacia la luz.


   Aurora boreal

María y José vivieron simbólicamente este misterio de nuestra existencia.
Entonces vemos que el camino que debemos hacer es por tanto riquísimo; en él no hay monotonía siempre está lleno de novedades y de sorpresas.

“Pidamos a Jesús que nos conceda la gracia de no tener miedo, de no asustarnos en los momentos de sombras y luz. Señor, yo quisiera que siempre fuera de día, no quisiera la noche, pero te pido que nos enseñes a CREER que también en la oscuridad CAMINO HACIA TI.

Ayúdanos a leer en la dinámica de buscar y encontrar, en los momentos en que tú te escondes, tu AMOR  que nos purifica.”




En Jesús la VOCACIÓN ES OBEDIENCIA A LA VOLUNTAD DEL PADRE. Por eso toda vocación es católica, universal, misionera, cualquiera que sea después su realización, aunque hay que vivirla en un claustro o en la soledad, en el celibato, en el matrimonio y en la soltería, porque toda vocación es participación en el misterio de la vocación de Jesús.

Lo que nosotros tenemos que hacer es METERNOS EN EL CORAZÓN DE CRISTO en el momento que cumple la voluntad del Padre para la salvación de todos los hombres y de todas las mujeres de la tierra.



 Señor, ayúdanos a ENTRAR  EN TU CORAZÓN. Purifica todos los llamamientos que recibimos poniéndolos en contacto con los tuyos para que podamos comprender la voluntad del Padre sobre nuestra vida y  la proclamemos con la OBEDIENCIA TOTAL de nuestra entrega.





Pero si profundizamos aún más el proceso de vocación de Jesús, la búsqueda de la voluntad del Padre tenemos que preguntarnos: ¿qué significa para nosotros buscar la voluntad de Dios y cómo la buscamos?.



Tenemos que buscarla en primer lugar sin engaños, sin falsedad, sin segundas intenciones, sin compromisos que defender, sin ni siquiera tener deseos de realizarse a si mismo, sino simplemente OBEDECER LA VERDAD.

Por tanto, es necesario que sea leal, honesta, en suma que solo quiera la voluntad del Padre.



En segundo lugar la búsqueda de la voluntad de Dios hay que hacerla en COMUNIÓN CON LA IGLESIA APOSTÓLICA,  fundada sobre los doce apóstoles y, por ende, en COMUNIÓN CON EL PAPA. 


Foto:

No podemos  buscarla en nuestras fantasías, sino en el conocimiento verdadero de Jesús.


En tercer lugar la búsqueda tiene que hacerse CON EL ESPÍRITU DE LA BIENAVENTURANZAS.

Foto:

Aquí tenemos que ver lo que nos dice Pablo en la 1ª. Carta a los Corintios (1Cor 4, 9-15). En este pasaje no solo describe las 1°) ACTITUDES que toman quienes participan en la cruz de Cristo: ---pobreza, mansedumbre, desprecio, expulsión— sino también el 2°) EL MODO DE REACCIONAR que es típico de la bienaventuranzas: “Nos insultan y bendecimos, nos persiguen y aguantamos; nos calumnian y nos sentimos fuertes”. 

El dinamismo de las bienaventuranzas evangélicas nos asemeja por una parte a la humillación y a la pasión del Señor, y por la otra, a la fuerza de su poder para consolarnos y confortarnos.

Por eso la voluntad de Dios se manifiesta en forma concreta en la vida que quiere seguir a Jesús. Esa es la voluntad del Padre, esto es, “estar en las cosas del Padre” como le contesta Jesús en el templo a María y a José.

Por supuesto que nos vamos a encontrar en nuestras vidas con momentos similares a los que se encontraron Pablo y sentiremos ganas de retirarnos, de tirar la toalla, de abandonar, de no aceptar, Jesús nos recordará entonces que estamos en el corazón de las bienaventuranzas donde El nos conforta con paciencia y con perseverancia, dándonos siempre el ejemplo de buscar la voluntad del Padre.



Por eso le pedimos al Padre bueno del cielo que nos conceda la gracia de entender la grandeza, la belleza, el gozo, la profundidad, la verdad y la luz para entender a Jesús de esta manera.

Concédenos Señor la gracia de comprender que todas las coordenadas oscuras de la vida: enfermedad, muerte, hambre, la pobreza, la injusticia, la corrupción, resultan integradas y transformadas en la única manera  posible de nuestra participación misteriosa, sencilla, oscura con el Jesús de las bienaventuranzas, con  el Jesús que hace la voluntad del Padre para la salvación de la humanidad.


María Nuestra Señora del silencio, de la resurrección ayúdanos a entender a tú inagotable e imprescindible Hijo, tal como lo hiciste vos en Belén meditando en tú corazón su pobreza, su soledad, y su búsqueda. Así podremos gozar nosotros también la alegría de su presencia.



2°) AMAR A JESUCRISTO.




El segundo paso es AMAR A JESUCRISTO. Ahora pregunto: ¿se puede amar lo que no se conoce? No, no se puede amar aquello que no se conoce.
Tenemos que preguntarnos si realmente conocemos a Jesucristo. Qué se de Jesucristo? Cómo es?. Cómo piensa?. Cómo siente?. Cómo vive?. Se ocupa Cristo de mi?

Cristo no es un ser histórico. No es alguien que fue; que pasó.
Cristo es alguien REAL, VIVIENTE, PERSONAL, ACTUAL. Cristo existe AQUÍ Y AHORA, en este momento, en este instante; Cristo es, VIVE, porque con  su cruz ha vencido la muerte y ha resucitado. Para Él el tiempo es distinto al nuestro, por tanto, es como si hubiera resucitado ahora y aquí; está entre nosotros.

Cristo me conoce, conoce mi pasado, mi presente y mi futuro. Cristo me AMA, es mi compañero y amigo de ruta, ES MI GUÍA.

Lo tremendo sería que hubiéramos construido una teoría sobre Cristo. A Cristo hay que experimentarlo y  vivirlo al igual que a Dios Padre.

Aquí conviene aclarar que a Dios lo conocemos por una doble vía: a) una CONCEPTUAL, teórica, esto es, por razonamiento, a través del estudio y, otra por contacto: EXPERIMENTAL-AFECTIVA (es a la que nos estamos refiriendo).

El primero es un conocimiento intelectual, teológico, árido y frío. El segundo es un conocimiento VIVENCIAL, SABROSO, no basado tanto en la razón sino en la acción del Espíritu Santo. Tiene una fuerza superior a la del conocimiento especulativo porque nos mueve a actuar.

Así por ejemplo un niño no sabrá definir a su madre, pero la conoce como nadie: ha experimentado y experimenta en su vida la realidad de su madre.

El conocimiento de Dios, históricamente ha sido un conocimiento EXPERIMENTAL-VIVENCIAL-

Israel tiene un conocimiento vital de Dios. La experiencia de la liberación demuestra a Israel que Dios es un Dios “SALVADOR, VIVO Y VIVIFICADOR, SANTO, PROVIDENTE, DESBORDANTE DE AMOR, TODOPODEROSO.”
Pero el conocimiento PLENO y DEFINITIVO de Dios lo lograron los hombres en Cristo.

Esto es así porque los hombres VIERON en Cristo a Dios Padre, OYERON en Cristo a Dios y HABLARON con Dios.

Sino veamos un poco la vida de los APÓSTOLES  tuvieron un trato directo con Cristo. En realidad toda su vida fue UN ENCUENTRO CON CRISTO,  que cambió sus vidas. La vocación de los apóstoles fue precedida de la EXPERIENCIA.





En ese pasaje del evangelio de Mateo referido a la profesión de fe de Pedro (Mt. 16, 13-21). Cuando Jesús le pregunta a sus discípulos: “que dice la gente sobre el hijo del hombre? ¿Quién dicen que soy?. Ellos le respondieron: Unos dicen que es Juan Bautista; otros Elías; y otros, Jeremías o alguno de los Profetas. Y ustedes, les preguntó: ¿Quién dicen que soy?. Tomando la palabra Simón Pedro, respondió: Tú eres el MESIAS, EL HIJO DE DIOS VIVO. Y  Jesús le dijo: “Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el Cielo. Y Yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré MI IGLESIA, Y EL PODER DE LA MUERTE NO PREVALECERÁ SOBRE ELLA. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.”

En el Evangelio de San Juan dice Andrés a su hermano Pedro, luego de un día pasado en compañía de Jesús “hemos encontrado al Mesías.”

Su experiencia de Jesús confirma a los apóstoles en dos cosas: a) en el SEGUIMIENTO  de Jesús. “Señor, dónde  y a quien vamos a ir? Tú tienes palabra de vida eterna, y nosotros sabemos y creemos que tú eres el SANTO DE DIOS, Y, b) también los confirma en LA PREDICACIÓN del mensaje salvador, aunque tengan que pasar por la persecución y la muerte: “No podemos dejar de hablar lo que hemos visto y oído”. (Heb 4, 20).

Entonces, la conclusión a la que llegan los apóstoles fruto de la experiencia de Dios, que se ha hecho visible en Cristo es esta: DIOS ES AMOR.



3°) DAR A JESUCRISTO:



El tercer paso de nuestra reflexión es DAR. Yo diría que más que dar es DAR-SE.  Es darse uno mismo, es algo personal. Ahora, puedo dar lo que no tengo? Puedo dar lo que no vivo?.

Es impensable que aquel que ha recibido y aceptado el mensaje: ANUNCIO; que ha hecho una CONVERSIÓN, esto es, un cambio integral; que se ha ENCONTRADO CONSIGO  MISMO; que se ha PERDONADO Y RECONCILIADO CONSIGO MISMO; que se ha ENCONTRADO CON CRISTO, y, por ende, RECONCILIADO CON DIOS Y  CON LOS HERMANOS; que haya hecho UNA ADOPCIÓN VITAL DE LOS SACRAMENTOS; que ha hecho ACCIÓN DE GRACIAS = QUE HA RECIBIDO LA EUCARISTÍA;  que ha ENTRADO EN UNA COMUNIDAD, digo, es impensable que luego de vivir este proceso no sea a su vez ENVIADO - APÓSTOL.

Es decir, si tengo a Cristo lo tengo que dar. Lo tengo que transmitir. Lo tengo que anunciar. No me lo puedo guardar.




Revista Eclessia 15-04-2017- mp4


Ahora, cabe preguntarnos: ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Cuándo? y ¿A quién?.

Cómo? El evangelizado, evangeliza ya sea en forma personal u organizada. Cuáles son los MEDIOS. Tengo que anunciar a Cristo desde luego con la PALABRA. Pero esencialmente con mi vida. Con mi TESTIMONIO. La gente está harta de versos. Basta de hipocresía. Basta de incoherencia. Para que mi testimonio sea válido, tiene que haber necesariamente coherencia en la Fe que predico y la vida que vivo.

Entonces, preguntarnos: ¿si vivo lo que digo? ¿si hago lo que pienso? y ¿si digo lo que pienso?. Esta coherencia entre Fe y vida es lo que mueve y conmueve.


"Recordémoslo bien todos: no se puede anunciar el Evangelio de Jesús sin el testimonio concreto de la vida. Quien nos escucha y nos ve, debe poder leer en nuestros actos eso mismo que oye en nuestros labios, y dar gloria a Dios.


Me viene ahora a la memoria un consejo que San Francisco de Asís daba a sus hermanos: predicad el Evangelio y, si fuese necesario, también con las palabras. Predicar con la vida: el testimonio. La incoherencia de los fieles y los Pastores entre lo que dicen y lo que hacen, entre la palabra y el modo de vivir, mina la credibilidad de la Iglesia." (Francisco-Homilía Misa San Pablo Extramuros, 2. 13/04/2013).





Dónde? Decimos que tenemos que hacer presente a Cristo con mi vida. Cristo no nos pide nada absolutamente extraordinario. Al contrario lo ordinario; lo cotidiano. Mi m2 y tú m2. M2 que es tú ambiente y tú circunstancia de vida. Ello así porque uno es su vida y su circunstancia de vida. No puedo desligar mi vida de mi circunstancia. No soy testigo de a ratos.

Por consiguiente mi ambiente, lo cotidiano, mi familia, mi trabajo, mis amigos, la parroquia, el cursillo, la ACA, la  función pública, el partido político, sindicato o cualquiera sea la institución de Iglesia en la que esté integrado. Es decir, allí donde Dios me puso, en forma sencilla, tratando de hacer gestos pequeños, pobres. No se trata de esperar lo que deslumbre a los demás, el éxito o la oportunidad de algún triunfo.

Por tanto, la PALABRA tiene que estar acompañada del TESTIMONIO DE VIDA. Tengo que tratar de ser un instrumento creíble en mi ambiente y circunstancia de vida.

"Pero demos un paso más: el anuncio de Pedro y de los Apóstoles no consiste sólo en palabras, sino que la fidelidad a Cristo entra en su vida, que queda transformada, recibe una nueva dirección, y es precisamente con su vida con la que dan testimonio de la fe y del anuncio de Cristo." (Ibidem, Francisco, Homilía en San Pablo Extramuros, 2)

Conviene subrayar que el campo propio del laico es el campo de la política, de las ciencias, artes, del trabajo, de la familia, de la economía, de los sindicatos, de las asociaciones intermedias, etc.

El mundo es el ámbito propio de laico. Su misión es esencialmente INTRAMUNDANA. Es estar en el mundo pero sin ser del mundo. No es su misión el campo eclesial. Ello no significa que no tenga que actuar en el campo eclesial. Puede pertenecer a alguna asociación, actuar en la parroquia. Pero su responsabilidad está ahí en el ambiente TEMPORAL.

Esto es lo que nos diferencia del sacerdote, religiosos y religiosas. Por eso “EL LAICO ES UN HOMBRE DE IGLESIA EN EL CORAZÓN DEL MUNDO Y UN HOMBRE DEL MUNDO EN EL CORAZÓN DE LA IGLESIA.”(P.786).

Por esa misma razón la espiritualidad del laico tiene que ser: Cristocéntrica-Eclesial-Intramundana y Mariana.


jmp


II. LAS ACTITUDES DE JESÚS FRENTE A LA CRUZ.  CONFRONTARLAS CON LAS NUESTRAS 



Estamos transitando el tiempo pascual. En estas reflexiones hemos propuesto también hacer un reflexión sobre: LAS ACTITUDES DE JESÚS FRENTE A LA CRUZ Y CONFRONTARLAS CON LAS NUESTRAS.

En primer lugar en Jesús hay una actitud de ACEPTACIÓN no de búsqueda de la cruz. El acepta la cruz porque es el Plan de Dios. Es necesario que Hijo del hombre muera en la cruz, luego resucite para la salvación de todos los hombres.

En segundo lugar de FORTALEZA:  Jesús soporta todo el dolor, el sufrimiento con total dignidad y entereza.

En tercer término, una actitud de AMOR. No hay una actitud de resentimiento, de odio sino un dar la vida por los demás. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos, por los hermanos.

En cuarto lugar, una actitud de SOLIDARIDAD. En Jesús hay una entrega total para la salvación de toda la humanidad. Jesús está en comunión con el Padre y todos los hombres.


Y, finalmente, una actitud de ESPERANZA. En Jesús hay una confianza plena y total en el Padre. Toda su vida, su Pasión y muerte y resurrección es una permanente aceptación, obediencia y unión con el Padre.




Ahora, nos tenemos que preguntar como cargamos con nuestra cruz?. Para nosotros la última palabra no es la muerte. Para nosotros la cruz no es símbolo de fracaso, sino de triunfo, de victoria.

Es la victoria de la resurrección, de la vida. Con la resurrección de Jesucristo se inicia una etapa nueva. Y cada vez que morimos al pecado, o a algo que nos separa del Señor es una forma también de resucitar con Cristo, de crecer.

El dolor, el sufrimiento, las tribulaciones, todo, absolutamente, todo, lo que hagamos, incluso las buenas obras, son fuente de vida. En este tiempo de Pascua la LUZ PASCUAL  tiene que continuar sacándonos de la oscuridad e iluminar toda nuestra vida. Vida que debe estar intensamente marcada por la SOLIDARIDAD para que hagamos vida el saber compartir con los hermanos lo que somos, lo que queremos y lo que tenemos. 

JMP+



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