I .TRES PASOS QUE PUEDEN DESCRIBIR NUESTRA RELACIÓN CON JESUCRISTO.
En este
tiempo pascual que estamos transitando nos proponemos tratar de profundizar,
sobre la figura de Jesucristo, el Padre y el Espíritu Santo.
En primer
lugar, nos centramos en la figura de Jesucristo, para ello vamos a seguir tres
pasos que pienso nos van a servir para describir nuestra relación con
Jesucristo y, consecuentemente, nuestro accionar como laicos.
Luego vamos
a hacer una reflexión sobre las “actitudes de Jesucristo frente a la cruz”.
Entonces,
como decíamos, más arriba vamos a seguir
tres pasos en esta reflexión:
1°) BUSCAR
)
2°) AMAR ) A JESUCRISTO
3°) DAR )
1°) BUSCAR A
JESUCRISTO:
Lo primero
que se me ocurrió pensar es que en realidad toda nuestra vida es una continua
búsqueda del Señor. Vivimos en esa coordenada. Buscar y encontrar al Señor. Es
una sucesión de luces y sombras. Alegrías y tristezas. Éxitos y fracasos. Pero
pese a ello siempre y en todo momento de nuestra vida tenemos que buscar a
Jesucristo sin miedos.
Dice Juan
Pablo II al comienzo de su pontificado ¡No temais, abrid las puertas del
corazón a Jesucristo! Ciertamente, como
vamos a tener miedo a un Dios que ante todo, es amor. Cuando Cristo es rico en
misericordia . El todo ve, todo lo sabe, todo, absolutamente, lo perdona.
El no se
cansa de perdonarnos somos nosotros quienes tal vez muchas veces nos cansamos
de pedir perdón.
Sino
miremos la escena de la cruz. El diálogo con el buen ladrón (Lc 23, 39-42) bastó un gesto, una palabra de
entrega por parte del ladrón crucificado a su derecha: “Jesús acuérdate de mi cuando llegues a tu reino” (Lc 23, 42). Y Cristo no solo lo perdona sino que le regala el Paraíso: “Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso”.
entrega por parte del ladrón crucificado a su derecha: “Jesús acuérdate de mi cuando llegues a tu reino” (Lc 23, 42). Y Cristo no solo lo perdona sino que le regala el Paraíso: “Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso”.
La realidad es que nuestro corazón humano vive siempre buscando a Dios. Es algo similar al proceso de evangelización en que estamos inmersos. Recordemos que se inicia con el ANUNCIO – (kerigma) si por parte del que lo recibe hay una respuesta de aceptación entramos en el segundo paso la CONVERSIÓN (metanoia) que significa un cambio de noventa grados, un cambio de vida; luego, se produce LA ADOPCIÓN A LOS SIGNOS (SACRAMENTOS); luego, LA ACCIÓN DE GRACIAS – EUCARISTÍA; luego el INGRESO A LA COMUNIDAD y, finalmente, EL ENVIO (APOSTOLADO).
*ANUNCIO –
KERIGMA
*CONVERSIÓN
– METANOIA
*EUCARISTÍA
– KOINONIA
*INGRESO A
LA COMUNIDAD
*ENVÍO – APOSTOLADO.
Este
proceso de evangelización no acaba jamás dura lo que dura nuestra vida aquí y
se renueva permanentemente según el lugar del proceso de evangelización en que
estemos.
Este proceso de búsqueda, es constante y dinámico, el corazón humano a veces busca y no encuentra o encuentra y le parece que de nuevo lo ha perdido, por lo cual vuelve a buscar y encontrar.
Este proceso de búsqueda, es constante y dinámico, el corazón humano a veces busca y no encuentra o encuentra y le parece que de nuevo lo ha perdido, por lo cual vuelve a buscar y encontrar.
Las rocas guian mi camino - joaquinain
En aquel
texto de Lucas 2, 44-47, referido al “niño perdido y encontrado en el templo”:
Vemos que es la primera aparición de Jesús en público. Recordemos ese pasaje:
“Los padres de Jesús creyendo que él iba en la caravana, al terminar la primera
jornada se pusieron a BUSCARLO entre los parientes y conocidos; y como NO LO
ENCONTRABAN, volvieron a Jerusalén en SU BUSCA. A los TRES DÍAS LO ENCONTRARON,
por fin, en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y
haciéndoles preguntas. Todos los que lo oían quedaban desconcertados de su
talento y de las respuestas que daba (Lc 2, 44-47)
Pensemos en
María y en José, indudablemente en aquellos días, experimentaron la tensión más
profunda del hombre, sobre todo del creyente; porque nosotros somos los que
buscan el Reino de Dios, que lo encuentran y sin embargo seguimos buscándolo.
María y José viven la dicha de encontrar a Jesús y al mismo tiempo experimentan
el temor de perderlo.
Pienso que
en cierta forma el Señor ama esta tensión constante del corazón humano, se
esconde para hacerse encontrar. Su juego es el del amor. Es que Dios, a quien
no podemos jamás ver totalmente, plenamente, sin velo, se nos revela en parte,
pero para hacerse buscar todavía, y se esconde para que lo busquemos con mayor
deseo: ésta es la dinámica de nuestra vida espiritual, que por tanto no es una
sucesión progresiva de luces, sino un caminar, como dijimos, de luces y
sombras; y éstas últimas tienen el objeto de acrecentar la tensión el objeto de
acrecentar la tensión hacia la luz.
Aurora boreal
María y
José vivieron simbólicamente este misterio de nuestra existencia.
Entonces
vemos que el camino que debemos hacer es por tanto riquísimo; en él no hay
monotonía siempre está lleno de novedades y de sorpresas.
“Pidamos a
Jesús que nos conceda la gracia de no tener miedo, de no asustarnos en los
momentos de sombras y luz. Señor, yo quisiera que siempre fuera de día, no
quisiera la noche, pero te pido que nos enseñes a CREER que también en la
oscuridad CAMINO HACIA TI.
Ayúdanos a
leer en la dinámica de buscar y encontrar, en los momentos en que tú te
escondes, tu AMOR que nos purifica.”
En Jesús la
VOCACIÓN ES OBEDIENCIA A LA VOLUNTAD DEL PADRE. Por eso toda vocación es
católica, universal, misionera, cualquiera que sea después su realización,
aunque hay que vivirla en un claustro o en la soledad, en el celibato, en el
matrimonio y en la soltería, porque toda vocación es participación en el
misterio de la vocación de Jesús.
Lo que
nosotros tenemos que hacer es METERNOS EN EL CORAZÓN DE CRISTO en el momento
que cumple la voluntad del Padre para la salvación de todos los hombres y de
todas las mujeres de la tierra.
Señor,
ayúdanos a ENTRAR EN TU CORAZÓN.
Purifica todos los llamamientos que recibimos poniéndolos en contacto con los
tuyos para que podamos comprender la voluntad del Padre sobre nuestra vida
y la proclamemos con la OBEDIENCIA TOTAL
de nuestra entrega.
Pero si profundizamos aún más el proceso de
vocación de Jesús, la búsqueda de la voluntad del Padre tenemos que
preguntarnos: ¿qué significa para nosotros buscar la voluntad de Dios y cómo la
buscamos?.
Tenemos que
buscarla en primer lugar sin engaños, sin falsedad, sin segundas intenciones,
sin compromisos que defender, sin ni siquiera tener deseos de realizarse a si
mismo, sino simplemente OBEDECER LA VERDAD.
Por tanto, es necesario que sea leal, honesta, en suma que solo quiera la voluntad del Padre.
Por tanto, es necesario que sea leal, honesta, en suma que solo quiera la voluntad del Padre.
En segundo lugar la búsqueda de la voluntad de
Dios hay que hacerla en COMUNIÓN CON LA IGLESIA APOSTÓLICA, fundada sobre los doce apóstoles y, por ende,
en COMUNIÓN CON EL PAPA.
No podemos buscarla en nuestras fantasías, sino en el conocimiento verdadero de Jesús.
No podemos buscarla en nuestras fantasías, sino en el conocimiento verdadero de Jesús.
En tercer
lugar la búsqueda tiene que hacerse CON EL ESPÍRITU DE LA BIENAVENTURANZAS.
Aquí
tenemos que ver lo que nos dice Pablo en la 1ª. Carta a los Corintios (1Cor 4,
9-15). En este pasaje no solo describe las 1°) ACTITUDES que toman quienes
participan en la cruz de Cristo: ---pobreza, mansedumbre, desprecio, expulsión—
sino también el 2°) EL MODO DE REACCIONAR que es típico de la bienaventuranzas:
“Nos insultan y bendecimos, nos persiguen y aguantamos; nos calumnian y nos
sentimos fuertes”.
El
dinamismo de las bienaventuranzas evangélicas nos asemeja por una parte a la
humillación y a la pasión del Señor, y por la otra, a la fuerza de su poder
para consolarnos y confortarnos.
Por eso la
voluntad de Dios se manifiesta en forma concreta en la vida que quiere seguir a
Jesús. Esa es la voluntad del Padre, esto es, “estar en las cosas del Padre”
como le contesta Jesús en el templo a María y a José.
Por
supuesto que nos vamos a encontrar en nuestras vidas con momentos similares a
los que se encontraron Pablo y sentiremos ganas de retirarnos, de tirar la
toalla, de abandonar, de no aceptar, Jesús nos recordará entonces que estamos
en el corazón de las bienaventuranzas donde El nos conforta con paciencia y con
perseverancia, dándonos siempre el ejemplo de buscar la voluntad del Padre.
Por eso le
pedimos al Padre bueno del cielo que nos conceda la gracia de entender la
grandeza, la belleza, el gozo, la profundidad, la verdad y la luz para entender
a Jesús de esta manera.
Concédenos Señor la gracia de comprender que todas las coordenadas oscuras de la vida: enfermedad, muerte, hambre, la pobreza, la injusticia, la corrupción, resultan integradas y transformadas en la única manera posible de nuestra participación misteriosa, sencilla, oscura con el Jesús de las bienaventuranzas, con el Jesús que hace la voluntad del Padre para la salvación de la humanidad.
Concédenos Señor la gracia de comprender que todas las coordenadas oscuras de la vida: enfermedad, muerte, hambre, la pobreza, la injusticia, la corrupción, resultan integradas y transformadas en la única manera posible de nuestra participación misteriosa, sencilla, oscura con el Jesús de las bienaventuranzas, con el Jesús que hace la voluntad del Padre para la salvación de la humanidad.
María
Nuestra Señora del silencio, de la resurrección ayúdanos a entender a tú
inagotable e imprescindible Hijo, tal como lo hiciste vos en Belén meditando en
tú corazón su pobreza, su soledad, y su búsqueda. Así podremos gozar nosotros
también la alegría de su presencia.
2°) AMAR A
JESUCRISTO.
El segundo
paso es AMAR A JESUCRISTO. Ahora pregunto: ¿se puede amar lo que no se conoce?
No, no se puede amar aquello que no se conoce.
Tenemos que
preguntarnos si realmente conocemos a Jesucristo. Qué se de Jesucristo? Cómo
es?. Cómo piensa?. Cómo siente?. Cómo vive?. Se ocupa Cristo de mi?
Cristo no
es un ser histórico. No es alguien que fue; que pasó.
Cristo es
alguien REAL, VIVIENTE, PERSONAL, ACTUAL. Cristo existe AQUÍ Y AHORA, en este
momento, en este instante; Cristo es, VIVE, porque con su cruz ha vencido la muerte y ha resucitado.
Para Él el tiempo es distinto al nuestro, por tanto, es como si hubiera
resucitado ahora y aquí; está entre nosotros.
Cristo me
conoce, conoce mi pasado, mi presente y mi futuro. Cristo me AMA, es mi
compañero y amigo de ruta, ES MI GUÍA.
Lo tremendo
sería que hubiéramos construido una teoría sobre Cristo. A Cristo hay que
experimentarlo y vivirlo al igual que a
Dios Padre.
Aquí
conviene aclarar que a Dios lo conocemos por una doble vía: a) una CONCEPTUAL,
teórica, esto es, por razonamiento, a través del estudio y, otra por contacto:
EXPERIMENTAL-AFECTIVA (es a la que nos estamos refiriendo).
El primero
es un conocimiento intelectual, teológico, árido y frío. El segundo es un
conocimiento VIVENCIAL, SABROSO, no basado tanto en la razón sino en la acción
del Espíritu Santo. Tiene una fuerza superior a la del conocimiento
especulativo porque nos mueve a actuar.
Así por
ejemplo un niño no sabrá definir a su madre, pero la conoce como nadie: ha
experimentado y experimenta en su vida la realidad de su madre.
El
conocimiento de Dios, históricamente ha sido un conocimiento
EXPERIMENTAL-VIVENCIAL-
Israel
tiene un conocimiento vital de Dios. La experiencia de la liberación demuestra
a Israel que Dios es un Dios “SALVADOR, VIVO Y VIVIFICADOR, SANTO, PROVIDENTE,
DESBORDANTE DE AMOR, TODOPODEROSO.”
Pero el
conocimiento PLENO y DEFINITIVO de Dios lo lograron los hombres en Cristo.
Esto es así
porque los hombres VIERON en Cristo a Dios Padre, OYERON en Cristo a Dios y
HABLARON con Dios.
Sino veamos
un poco la vida de los APÓSTOLES
tuvieron un trato directo con Cristo. En realidad toda su vida fue UN
ENCUENTRO CON CRISTO, que cambió sus
vidas. La vocación de los apóstoles fue precedida de la EXPERIENCIA.
En ese
pasaje del evangelio de Mateo referido a la profesión de fe de Pedro (Mt. 16,
13-21). Cuando Jesús le pregunta a sus discípulos: “que dice la gente sobre el
hijo del hombre? ¿Quién dicen que soy?. Ellos le respondieron: Unos dicen que
es Juan Bautista; otros Elías; y otros, Jeremías o alguno de los Profetas. Y
ustedes, les preguntó: ¿Quién dicen que soy?. Tomando la palabra Simón Pedro,
respondió: Tú eres el MESIAS, EL HIJO DE DIOS VIVO. Y Jesús le dijo: “Feliz de ti, Simón, hijo de
Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni carne ni la sangre, sino mi Padre
que está en el Cielo. Y Yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra
edificaré MI IGLESIA, Y EL PODER DE LA MUERTE NO PREVALECERÁ SOBRE ELLA. Yo te
daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará
atado en el cielo, y todo lo desates en la tierra, quedará desatado en el
cielo.”
En el
Evangelio de San Juan dice Andrés a su hermano Pedro, luego de un día pasado en
compañía de Jesús “hemos encontrado al Mesías.”
Su
experiencia de Jesús confirma a los apóstoles en dos cosas: a) en el
SEGUIMIENTO de Jesús. “Señor, dónde y a quien vamos a ir? Tú tienes palabra de
vida eterna, y nosotros sabemos y creemos que tú eres el SANTO DE DIOS, Y, b)
también los confirma en LA PREDICACIÓN del mensaje salvador, aunque tengan que
pasar por la persecución y la muerte: “No podemos dejar de hablar lo que hemos
visto y oído”. (Heb 4, 20).
Entonces, la conclusión a la que llegan los
apóstoles fruto de la experiencia de Dios, que se ha hecho visible en Cristo es
esta: DIOS ES AMOR.
3°) DAR A
JESUCRISTO:
El tercer
paso de nuestra reflexión es DAR. Yo diría que más que dar es DAR-SE. Es darse uno mismo, es algo personal. Ahora,
puedo dar lo que no tengo? Puedo dar lo que no vivo?.
Es
impensable que aquel que ha recibido y aceptado el mensaje: ANUNCIO; que ha
hecho una CONVERSIÓN, esto es, un cambio integral; que se ha ENCONTRADO
CONSIGO MISMO; que se ha PERDONADO Y
RECONCILIADO CONSIGO MISMO; que se ha ENCONTRADO CON CRISTO, y, por ende,
RECONCILIADO CON DIOS Y CON LOS
HERMANOS; que haya hecho UNA ADOPCIÓN VITAL DE LOS SACRAMENTOS; que ha hecho
ACCIÓN DE GRACIAS = QUE HA RECIBIDO LA EUCARISTÍA; que ha ENTRADO EN UNA COMUNIDAD, digo, es
impensable que luego de vivir este proceso no sea a su vez ENVIADO - APÓSTOL.
Es decir,
si tengo a Cristo lo tengo que dar. Lo tengo que transmitir. Lo tengo que
anunciar. No me lo puedo guardar.
Revista Eclessia 15-04-2017- mp4
Ahora, cabe preguntarnos: ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Cuándo? y ¿A quién?.
Ahora, cabe preguntarnos: ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Cuándo? y ¿A quién?.
Cómo? El
evangelizado, evangeliza ya sea en forma personal u organizada. Cuáles son los
MEDIOS. Tengo que anunciar a Cristo desde luego con la PALABRA. Pero
esencialmente con mi vida. Con mi TESTIMONIO. La gente está harta de versos.
Basta de hipocresía. Basta de incoherencia. Para que mi testimonio sea válido,
tiene que haber necesariamente coherencia en la Fe que predico y la vida que
vivo.
Entonces,
preguntarnos: ¿si vivo lo que digo? ¿si hago lo que pienso? y ¿si digo lo que
pienso?. Esta coherencia entre Fe y vida es lo que mueve y conmueve.
Me
viene ahora a la memoria un consejo que San Francisco de Asís daba a sus
hermanos: predicad el Evangelio y, si fuese necesario, también con las
palabras. Predicar con la vida: el testimonio. La incoherencia de los fieles y
los Pastores entre lo que dicen y lo que hacen, entre la palabra y el modo de
vivir, mina la credibilidad de la Iglesia." (Francisco-Homilía Misa San
Pablo Extramuros, 2. 13/04/2013).
"Recordémoslo
bien todos: no se puede anunciar el Evangelio de Jesús sin el testimonio concreto
de la vida. Quien nos escucha y nos ve, debe poder leer en nuestros actos eso
mismo que oye en nuestros labios, y dar gloria a Dios.
Dónde?
Decimos que tenemos que hacer presente a Cristo con mi vida. Cristo no nos pide
nada absolutamente extraordinario. Al contrario lo ordinario; lo cotidiano. Mi
m2 y tú m2. M2 que es tú ambiente y tú circunstancia de vida. Ello así porque
uno es su vida y su circunstancia de vida. No puedo desligar mi vida de mi
circunstancia. No soy testigo de a ratos.
Por
consiguiente mi ambiente, lo cotidiano, mi familia, mi trabajo, mis amigos, la
parroquia, el cursillo, la ACA, la
función pública, el partido político, sindicato o cualquiera sea la institución de
Iglesia en la que esté integrado. Es decir, allí donde Dios me puso, en forma
sencilla, tratando de hacer gestos pequeños, pobres. No se trata de esperar lo
que deslumbre a los demás, el éxito o la oportunidad de algún triunfo.
Por tanto,
la PALABRA tiene que estar acompañada del TESTIMONIO DE VIDA. Tengo que tratar
de ser un instrumento creíble en mi ambiente y circunstancia de vida.
"Pero
demos un paso más: el anuncio de Pedro y de los Apóstoles no consiste sólo en
palabras, sino que la fidelidad a Cristo entra en su vida, que queda
transformada, recibe una nueva dirección, y es precisamente con su vida con la
que dan testimonio de la fe y del anuncio de Cristo." (Ibidem, Francisco,
Homilía en San Pablo Extramuros, 2)
Conviene
subrayar que el campo propio del laico es el campo de la política, de las
ciencias, artes, del trabajo, de la familia, de la economía, de los sindicatos,
de las asociaciones intermedias, etc.
El mundo es
el ámbito propio de laico. Su misión es esencialmente INTRAMUNDANA. Es estar en
el mundo pero sin ser del mundo. No es su misión el campo eclesial. Ello no
significa que no tenga que actuar en el campo eclesial. Puede pertenecer a
alguna asociación, actuar en la parroquia. Pero su responsabilidad está ahí en
el ambiente TEMPORAL.
Esto es lo
que nos diferencia del sacerdote, religiosos y religiosas. Por eso “EL LAICO ES
UN HOMBRE DE IGLESIA EN EL CORAZÓN DEL MUNDO Y UN HOMBRE DEL MUNDO EN EL
CORAZÓN DE LA IGLESIA.”(P.786).
Por esa
misma razón la espiritualidad del laico tiene que ser:
Cristocéntrica-Eclesial-Intramundana y Mariana.
jmp
Estamos transitando
el tiempo pascual. En estas reflexiones hemos propuesto también hacer un
reflexión sobre: LAS ACTITUDES DE JESÚS FRENTE A LA CRUZ Y CONFRONTARLAS CON
LAS NUESTRAS.
En primer
lugar en Jesús hay una actitud de ACEPTACIÓN no de búsqueda de la cruz. El
acepta la cruz porque es el Plan de Dios. Es necesario que Hijo del hombre
muera en la cruz, luego resucite para la salvación de todos los hombres.
En segundo
lugar de FORTALEZA: Jesús soporta todo
el dolor, el sufrimiento con total dignidad y entereza.
En tercer
término, una actitud de AMOR. No hay una actitud de resentimiento, de odio sino
un dar la vida por los demás. No hay amor más grande que dar la vida por los
amigos, por los hermanos.
En cuarto
lugar, una actitud de SOLIDARIDAD. En Jesús hay una entrega total para la
salvación de toda la humanidad. Jesús está en comunión con el Padre y todos los
hombres.
Y, finalmente, una actitud de ESPERANZA. En
Jesús hay una confianza plena y total en el Padre. Toda su vida, su Pasión y
muerte y resurrección es una permanente aceptación, obediencia y unión con el
Padre.
Ahora, nos
tenemos que preguntar como cargamos con nuestra cruz?. Para nosotros la última
palabra no es la muerte. Para nosotros la cruz no es símbolo de fracaso, sino
de triunfo, de victoria.
Es la
victoria de la resurrección, de la vida. Con la resurrección de Jesucristo se
inicia una etapa nueva. Y cada vez que morimos al pecado, o a algo que nos
separa del Señor es una forma también de resucitar con Cristo, de crecer.
El dolor,
el sufrimiento, las tribulaciones, todo, absolutamente, todo, lo que hagamos,
incluso las buenas obras, son fuente de vida. En este tiempo de Pascua la LUZ
PASCUAL tiene que continuar sacándonos
de la oscuridad e iluminar toda nuestra vida. Vida que debe estar intensamente
marcada por la SOLIDARIDAD para que hagamos vida el saber compartir con los
hermanos lo que somos, lo que queremos y lo que tenemos.
JMP+
No hay comentarios:
Publicar un comentario