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martes, 23 de diciembre de 2014

NAVIDAD: ALEGRIA E INQUIETUD


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NAVIDAD: 

UNA ALEGRÍA Y UNA INQUIETUD A PESAR DE LA REALIDAD DEL HOY Y AQUÍ.




CRISTO HA VENIDO: VERDADERO DIOS Y VERDADERO HOMBRE.



Ya de cara a la Navidad nos encontramos concluyendo este período de Adviento que precede a la celebración de la Navidad. Es decir, de la venida del Salvador al mundo, de la Encarnación del Verbo de Dios, de Aquel que recibirá el nombre de Jesús el Cristo, el Mesías; ciertamente estamos concluyendo un período de preparación y de compromiso –como dijéramos anteriormente- que significa expectativa, deseo, esperanza de la venida al mundo, en la trama histórica del pueblo elegido, y en el designio universal de la humanidad hacia el se ha dirigido el ansia de salvación, la visión del Rey vencedor, del instaurador de la justicia y de la paz: “porque nos ha nacido un niño –profetiza Isaías--, nos ha sido dado un hijo que tiene sobre los hombros la soberanía, y que se llamará maravilloso Consejero, Dios fuerte, Padre sempiterno, Príncipe de la Paz, para dilatar el imperio y para una paz ilimitada sobre el trono de David y de su reino..”(9, 6-7).

Así hemos esperado a Jesús. El evangelio lo ha expresado y las profecías del Siervo de Yavé fueron superadas en la realidad existencial de Cristo, verdadero Hijo de Dios y verdadero Hijo del Hombre el cual precisamente en virtud de esta doble  naturaleza suya, divina y humana, fundidas en la única Persona del Verbo, Hijo de Dios, consumó la obra de redención, muriendo y resucitando para nuestra salvación.

CONOCER A CRISTO. ¿QUIÉN ES JESÚS?




Vemos, por tanto, que cuando en nuestro calendario aparece de nuevo la Navidad, se nos plantéa una cuestión:  Jesús, ¿quién era Jesús?.

Algo ya dijimos más arriba, nuestra fe grita: es El, es El, el Hijo de Dios hecho hombre, el Mesías que esperábamos: es el salvador del mundo, es finalmente el Maestro de Nuestra vida: es el Pastor que proporciona a los hombres su alimento temporal: es la alegría del mundo: la imagen del Dios invisible (Col.1, 15): es el camino, la verdad y la vida (Jn. 14, 6): es el Amigo íntimo (Jn.15, 14-15): es el que nos conoce incluso de lejos (Jn. I, 48): conoce nuestros pensamientos (Lc.6, 8): es el que nos puede y no se cansa de perdonar (Mt.9, 21), consolar, curar incluso resucitar (Lc.7: Mt.9, 25: y es Aquel que volverá, Juez de todos en la plenitud de su gloria y de nuestra felicidad.

No obstante, a pesar de esta enumeración que podríamos continuar casi indefinidamente, sentimos la necesidad de conocer aún más a Jesucristo porque es un ser que supera nuestra capacidad de comprensión y de expresión. Es un misterio inagotable. Esta es la invitación que nos formula la Iglesia conocer más y mejor a Jesucristo, para amarlo más y mejor y darlo a los demás.






EL NACIMIENTO DE JESÚS ES LA MANIFESTACIÓN DE QUE DIOS HA TOMADO PARTIDO POR EL SER HUMANO.


               San Pedro - Navidad 20-12-2014

              Idem





Vemos entonces que “el Verbo no se ha encarnado en un mundo ideal, sino que ha querido compartir nuestras alegrías y sufrimientos, y demostrarnos así que Dios se ha puesto de parte de los hombres, con su amor real y concreto. Y este amor, que enardece nuestro corazón, nos «regala» una energía espiritual que nos sostiene en medio de las luchas y fatigas de cada día.

De la gozosa contemplación del misterio del Hijo de Dios hecho carne, se desprenden dos consecuencias:

La primera es que, en su natividad, Dios se abaja, se hace pequeño y pobre. Por eso, si queremos ser como Él, no podemos situarnos por encima de los demás, sino que hemos de ponernos a su servicio, ser solidarios, especialmente con los más débiles y marginados, haciéndoles sentir así la cercanía de Dios mismo.

La segunda: ya que Jesús, en su encarnación, se ha comprometido con los hombres hasta el punto de hacerse uno de nosotros, el trato que damos a nuestros hermanos o hermanas se lo estamos dando al mismo Jesús. Recuerden que «quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve» (1 Jn 4,20).

Que en esta Navidad, el amor, la bondad y la generosidad entre todos sean un reflejo y una prolongación de la luz de Jesús, que desde la gruta de Belén.(Francisco Aud.Gral.18-12-2013).


LA ESPIRITUALIDAD DE LA NAVIDAD

Esta es la espiritualidad de la Navidad. Una espiritualidad de convergencia en Jesús, nuestro Señor, Salvador, Redentor, nuestro Maestro, Pastor y Amigo, nuestro Centro. El quicio de nuestros destinos humanos, nuestro único Mesías, necesario y suficiente, nuestro amor y nuestra felicidad.

Por eso nuestra espiritualidad tiene que ser esencialmente Cristocéntrica. El centro el eje de mi vida es Cristo y no a la inversa constituirme yo en  el centro de mi vida.

Nuestra propia vida es un milagro Divino: podemos ver, tocar, sentir, oler, saborear, amar, perdonar... Pero sobre todo PODEMOS AYUDAR a nuestro prójimo.

Un sacerdote, durante su homilía decía: “la Navidad no es una fecha, no es un lugar, la Navidad es un estilo de vida”.

Y ese estilo de vida nos lo enseñó el mismo Jesús, y lo hizo de la siguiente manera:



"Se levantó de la mesa, se sacó el manto y tomando una toalla se la ató a la cintura. Luego echó agua en un recipiente y empezó a lavar los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura”.(Evangelio de Juan, 13,2-9).

Y esto es la Navidad, donación, servicio, ayuda: el milagro de poder ayudar poniéndonos al servicio de los demás.

El famoso cardenal inglés, John Henry Newman, compuso esta oración para uso de aquellos que quieren alcanzar el don de una misión personal en sus vidas.


DEPENDE DE TI

“Dios me ha creado para hacerle un servicio personal;
Me ha confiado un trabajo concreto que no lo ha encomendado a los demás.

Tengo una misión en la vida…
Soy el eslabón de una cadena, el lazo de unión entre individuos.

Dios no me envío al mundo para no ser nada.
Cumpliré lo que se me ha mandado.

Seré un ángel de paz, un predicador de la verdad donde El me ponga
Sin ponerme a pensar cuál es solo siguiendo sus mandamientos.

Por consiguiente,  confiaré en El.
Sea lo que fuere, dondequiera que me hallare, estoy cierto de que no me ha desechar.

Si estoy enfermo, le serviré con mi enfermedad.

Si perplejo, sea mi perplejidad para El.

Si triste, pueda también mi tristeza agradarle.

Dios no hace nada en vano Y sabe siempre lo que hace”.




LA NAVIDAD ES UNA ALEGRÍA Y UNA INQUIETUD A PESAR DE LA REALIDAD DEL HOY Y AQUÍ.




Por último, no podemos dejar de señalar que la Navidad es una Alegría y ciertamente una inquietud. En efecto, en el hoy y aquí que nos toca vivir nos invita a hacer una experiencia profunda que nos acerque aún más a Cristo que viene a nosotros con el mensaje del Padre y con  el mismo amor del Padre.




Y ello a pesar de que ese hoy y aquí que nos toca vivir expresada por Mon. José María Arancedo en su mensaje navideño -2015-: “¡Qué lejos nos encontramos del mensaje de paz y amor de Navidad, cuando tenemos que hablar de esa realidad tan cercana que no corresponde a la dignidad del hombre.

“Me refiero al desprecio por la vida de mi hermano, que se expresa en la violencia y la inseguridad, al delito del narcotráfico y la trata de personas, al odio que cierra el camino al encuentro y la reconciliación, al egoísmo que nos aísla y debilita los lazos fraternos”.


Nosotros le agregamos: que mal nos hace a la sociedad toda la corrupción, en especial de la clase dirigente, que mal hacen la coima, los negociados monstruosos, las dádivas, la compra de voluntades, la adulación y el aprovecharse de la función pública para enriquecerse en vez de ser un medio para servir a los demás. Cuánto mal hacen a nuestra querida Patria y como carcomen hasta las mismas raíces de la Nación ésta corrupción descarada.



Francisco: "Cuando leemos en los periódicos que este es un corrupto, y que ese otro también, que ha cometido un acto corrupto, y que la comisión ilegal va de aquí para allá... Y tantas cosas, también  de algunos prelados... Como cristianos nuestro deber es pedir perdón por ellos y pedir que el Señor les dé la gracia de arrepentirse para que no mueran con el corazón corrupto, porque si no los perros del infierno se beberán su sangre”.

"Esta es la definición: ¡es una mercancía! Luego que es lo que el Señor va a hacer con los corruptos, cualquiera que sea la corrupción... 

Ayer dijimos que había tres tipos, tres grupos: el político corrupto, el empresario corrupto y el eclesiástico corrupto. Los tres dañan a los inocentes, a los pobres, ¡porque son los pobres los que pagan la fiesta de los corruptos! La cuenta va a ellos. El Señor dice claramente lo que va a hacer: "yo haré caer sobre ti un desastre y acabaré contigo. Exterminaré de Acab todo varón, esclavo u hombre libre en Israel”.

"El corrupto irrita y hace pecar al pueblo de Dios!" Jesús, dijo el Papa, lo dijo claramente: el que «hace escándalo es mejor que se tire al mar," el corrupto "escandaliza a la sociedad, escandaliza al pueblos de Dios. El Señor anuncia el castigo de los corruptos"

"¡Son traidores los corruptos, mucho más! Lo primero, la definición de corrupto: uno que roba, uno que mata. La segunda cosa: ¿qué es lo que se les espera a los corruptos? Esta es la maldición de Dios, porque han explotado a los inocentes, a los que no pueden defenderse a sí mismos y lo han hecho con guantes blancos, de lejos, sin ensuciarse las manos. La tercera cosa, ¿pero hay una salida, una puerta de salida para los corruptos? ¡Sí! "Cuando oyó estas palabras, Acab se rasgó las vestiduras, vistió con un saco su cuerpo, y ayunó. Dormía con la arpillera puesta, y caminaba con la cabeza baja. Empezó a hacer penitencia".

Francisco señaló que la única salida para un político, empresario o prelado corrupto es "pedir perdón” y devolver todo lo robado.(Francisco: Homilía diaria de Santa Marta del 17 de junio ppdo.)

Continúa señalando Mons. Arancedo: "¡Cuánta responsabilidad personal y social nos cabe, cuando nos acostumbramos a convivir con estas realidades que ofenden al hombre y deterioran el nivel moral y cultural de la sociedad!”.

“En Navidad se enciende una luz de esperanza que nos invita a proclamar su mensaje de verdad y de vida, de justicia y solidaridad, de reconciliación y de paz”, pero aseguró que “este mensaje necesita de protagonistas, de testigos, no de repetidores”.

“Acercarnos a la intimidad del pesebre para decir juntos esa oración que nos ha acompañado durante estos años: ‘Danos, Señor, la valentía de los hijos de Dios para amar a todos sin excluir a nadie, privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos ofenden, aborreciendo el odio y construyendo la paz. Concédenos la sabiduría del diálogo y la alegría de la esperanza que no defrauda’”.


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Por eso el tiempo de Navidad nos invita a hacer la experiencia:

--de convivir sin odios;

--de abrirnos a los demás;

--de comenzar de nuevo, dejando atrás lo pasado;

--de un amor renovado por el perdón  de las ofensas;

--de dejar la cáscara de hombres y mujeres ásperos y secos para dejarnos enternecer por la sonrisa de un niño o la mano extendida de un anciano;

--de pensar  más allá de nuestra propia felicidad para ayudar a edificar la felicidad de otros.


Navidad, es puerta abierta, es corazón abierto, es mano extendida, es sonrisa, es amor.

Nosotros los cristianos, podemos darle un contenido profundo a esta experiencia humana que el mundo necesita.

Navidad:

--Dios se hace hombre para que el hombre llegue a Dios.

--Dios se hace hombre para enseñarnos a ser hombres.

--Dios se entrega para que aprendamos a entregarnos.

JMP+



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